Casi tres años he tardado en terminarla, pero viendo el resultado el tiempo ha merecido la pena.
Cuando llegué a La Tertulia por primera vez, me dieron a elegir entre hacer un cojín manta o un sampler... y sin tener ni idea de patchwork elegí el sampler. Aún recuerdo el tiempo que me costó elegir las telas, menos mal que Chus y Cristina me ayudaron porque sino aún estoy eligiéndolas...
Empecé con mucha ilusión, aprendiendo con cada uno de los bloques, poco a poco, sin prisa, disfrutando de cada puntada y de cada pinchazo... hacer, deshacer, hacer, deshacer, todas las veces que hiciera falta hasta que lo veía como yo quería.
El primer bloque que hice fue el "nine patch"... ¡que ilusión me hizo cuando vi que las esquinas casaban perfectamente!
En esta foto, además del "nine patch" están "el plato dresden" y "el jardín de la abuela", que no están en el precioso sampler que Cristina tiene colgado en La Tertulia (y que sirve como guía a todas las que queremos hacer uno) y que yo hice para sustituir un bloque de "yo-yos" que no me gustaba y un bloque "celta" que no fui capaz de hacer... la tela se retorcía y se retorcía y después de unos cuantos intentos decidí que con el patchwork, como con cualquier otra actividad, se tiene que disfrutar y yo no estaba disfrutando, así que lo cambié.
También hay un bloque "crazy" que se hace al final del todo, ya que sirve para aprovechar los trocitos de tela que van sobrando de los otros bloques. Y aunque en la foto no se ve, lleva distintos puntos de bordado.
Uffff y en esta foto mi tormento... el bloque de "las estrellas de Ohio"... se hace con la técnica del rotary cutter, y se supone que es cortar, coser y todo casa... ¡pero a mí no me casaba! así que lo deshice, me hice unos patrones, lo cosí a mano... y casó a la perfección (si... ya lo sé... es trampa, pero siendo como coy no podía dejar que las esquinas no casaran).
El otro bloque es "la piña", muy sencillo de hacer pero que se lleva muuuuuucha tela.
Cuando llegué a La Tertulia por primera vez, me dieron a elegir entre hacer un cojín manta o un sampler... y sin tener ni idea de patchwork elegí el sampler. Aún recuerdo el tiempo que me costó elegir las telas, menos mal que Chus y Cristina me ayudaron porque sino aún estoy eligiéndolas...
Empecé con mucha ilusión, aprendiendo con cada uno de los bloques, poco a poco, sin prisa, disfrutando de cada puntada y de cada pinchazo... hacer, deshacer, hacer, deshacer, todas las veces que hiciera falta hasta que lo veía como yo quería.
El primer bloque que hice fue el "nine patch"... ¡que ilusión me hizo cuando vi que las esquinas casaban perfectamente!
En esta foto, además del "nine patch" están "el plato dresden" y "el jardín de la abuela", que no están en el precioso sampler que Cristina tiene colgado en La Tertulia (y que sirve como guía a todas las que queremos hacer uno) y que yo hice para sustituir un bloque de "yo-yos" que no me gustaba y un bloque "celta" que no fui capaz de hacer... la tela se retorcía y se retorcía y después de unos cuantos intentos decidí que con el patchwork, como con cualquier otra actividad, se tiene que disfrutar y yo no estaba disfrutando, así que lo cambié.
También hay un bloque "crazy" que se hace al final del todo, ya que sirve para aprovechar los trocitos de tela que van sobrando de los otros bloques. Y aunque en la foto no se ve, lleva distintos puntos de bordado.
Uffff y en esta foto mi tormento... el bloque de "las estrellas de Ohio"... se hace con la técnica del rotary cutter, y se supone que es cortar, coser y todo casa... ¡pero a mí no me casaba! así que lo deshice, me hice unos patrones, lo cosí a mano... y casó a la perfección (si... ya lo sé... es trampa, pero siendo como coy no podía dejar que las esquinas no casaran).
El otro bloque es "la piña", muy sencillo de hacer pero que se lleva muuuuuucha tela.
El bloque de "los tres corazones", que sirve para aprender a aplicar de tres formas distintas.
Y seguramente uno de los bloques que más me gustan que es el "jardín de flores", donde los tallos de las flores están festoneados y tanto las flores como el césped están hechos en relieve. Una auténtica preciosidad que lleva muchas horas de trabajo.
Aquí "la cruz real" y el "log cabin", con todas las telas verdes a un lado y las de colores en el lado contrario. Dos bloques muy sencillos de hacer y que quedan realmente bonitos.
Y en esta foto mis otros dos bloques favoritos, "la estrella de ocho puntas" en la que casé el centro de la estrella a la primera y el "bloque de los cubos" que cuando lo ves dan ganas de cogerlos porque parece que sobresalen de la colcha. ¡El efecto 3D de este bloque es impresionante!
Prácticamente toda la colcha está hecha a mano. Tan sólo utilicé la máquina de coser con los carriles y con el borde, y después de tener cosido todo el top me arrepentí mucho de haberlo hecho así porque tuve que deshacer un par de bloques que se veía que su tamaño era menor que el resto, ya que por mucho cuidado que tengas con la máquina, las telas siempre se mueven un poco, y más en trabajos de estas dimensiones.
Al principio os he dicho que empecé con mucha ilusión, pero cuando tenía todos los bloques terminados sentí la necesidad de guardarlos por una temporada para hacer cosas nuevas... y esa temporada se alargó un año, hasta que un día abrí el cajón donde voy dejando los proyectos que tengo a medias y decidí que ya era hora de terminar mi colcha muestrario. Al fin y al cabo lo difícil estaba hecho!
Lo siguiente era elegir las telas para la trasera y el bies y decidir cómo lo iba a acolchar.
Para la trasera elegí una tela de color amarillo muy pálido con flores un poco más oscuras, y para el bies elegí una tela roja con florecitas muy muy pequeñas y un poco más oscuras que levantan mucho el color de la colcha.
Para acolchar utilicé hilo encerado del mismo color que la tela base. El acolchado es muy sencillo, ya que tan sólo acolché alrededor de cada una de las figuras de los bloques.
Tres años después de empezarla tengo mi colcha muestrario terminada. Por supuesto que no está perfecta ¡ni mucho menos!, pero a mí me parece la mejor colcha del mundo, porque es el resultado de mucho trabajo y mucha ilusión por hacer algo partiendo de la nada.
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