Ya está terminando febrero y me acabo de dar cuenta que en este mes no os he enseñado nada... y no es porque haya estado parada, sino porque el tiempo no me da para hacer tantísimas cosas como quiero.
Pero ahora que tengo un ratito os voy a enseñar una bota de navidad que empecé en las vacaciones de verano (ya se está convirtiendo en tradición... en pleno mes de julio, en la playa y yo haciendo labores navideñas!).
La bota de este año ha sido para mi padre, ¡que ya era hora de que él tuviera la suya! ¿verdad papi? y es que el pobre ha estado muuuuuuchos años esperándola. Pero es que lo de repetir trabajos no me gusta nada de nada y si además hay que coser sobre tela azul marino ya ni os cuento. ¡Era pensar en volver a hacer aquel paisaje nevado y se me ponían los pelos de punta! Porque la bota de la que mi padre estaba enamorado era una que ya hice en su momento para mi marido.
Después de tres meses bordando con un frontal en la cabeza (sí, de los que se utilizan para salir a caminar por la noche al monte) este fue el resultado...
Para el nombre hice una pequeña ronda de consultas porque no tenía claro qué ponerle, y es que a mi padre le conocen por unos cuantos nombres. Al final mi hermana me dio la clave... ¿y por qué no "abu"? Al fin y al cabo ahora mismo es más abuelo que cualquier otra cosa (y todos sus nietos le llaman abu).
Pues nada papá cuando quieras te hago otra!
Pero ahora que tengo un ratito os voy a enseñar una bota de navidad que empecé en las vacaciones de verano (ya se está convirtiendo en tradición... en pleno mes de julio, en la playa y yo haciendo labores navideñas!).
La bota de este año ha sido para mi padre, ¡que ya era hora de que él tuviera la suya! ¿verdad papi? y es que el pobre ha estado muuuuuuchos años esperándola. Pero es que lo de repetir trabajos no me gusta nada de nada y si además hay que coser sobre tela azul marino ya ni os cuento. ¡Era pensar en volver a hacer aquel paisaje nevado y se me ponían los pelos de punta! Porque la bota de la que mi padre estaba enamorado era una que ya hice en su momento para mi marido.
Después de tres meses bordando con un frontal en la cabeza (sí, de los que se utilizan para salir a caminar por la noche al monte) este fue el resultado...
Para el nombre hice una pequeña ronda de consultas porque no tenía claro qué ponerle, y es que a mi padre le conocen por unos cuantos nombres. Al final mi hermana me dio la clave... ¿y por qué no "abu"? Al fin y al cabo ahora mismo es más abuelo que cualquier otra cosa (y todos sus nietos le llaman abu).
Pues nada papá cuando quieras te hago otra!
Comentarios
Publicar un comentario