Hace casi cuatro años, Covi propuso a través de su blog hacer un libro de bordados. En su blog enseño fotos de cómo iba a quedar, del libro original de Marie Suarez con el que se trabajaría, de los hilos, de las telas... todo era tan bonito, tan delicado, que no me lo pensé dos veces y me apunté... ¡aunque nunca jamás había cogido una aguja para hacer un bordado!
Aprovechando que mi cumpleaños estaba al caer, pedí como regalo todos los materiales para poder hacer mi libro y cuando lo tuve todo claro comencé a cortar las telas, a preparar los bordes, y me puse con el primer bordado.
Lo hice una vez y lo deshice... lo volví a hacer y lo volví a deshacer... otra vez... y otra vez... y no sé cuantas veces más lo intenté, pero mi "punto de espina" no quedaba ni parecido con lo que veía en el blog de Covi y en el libro de Marie... así que lo guardé todo en el fondo del cajón y dejé que pasara el tiempo.
Y pasó mucho tiempo... tanto que no lo volví a tocar hasta diciembre del año pasado, y todo gracias a Meme, una compañera de patchwork que apareció un día en clase en La tertulia del patch con el dichoso bordado. Acababa de empezarlo y comentando que yo lo tenía parado, me convenció para que lo volviera a intentar, aprovechando además que Cristina, nuestra profe, había terminado el suyo y borda a las mil maravillas.
Volví a cogerlo y por fin el dichoso bordado ¡salió a la primera!...
Así que más contenta que unas castañuelas me puse con el siguiente y el siguiente y poco a poco los bordados iban saliendo... unos con más dificultad que otros pero ninguno me dio grandes quebraderos de cabeza.
Y con estos tres ya tenía la primera página terminada.
Ahora había que hacer la segunda página... y no sé si será porque cogí confianza, pero me pareció mucho pero mucho más fácil que la primera... hasta que llegué al punto de realce! Tantas veces hice y deshice que me desesperé porque no conseguía que me saliera redondito... pero Cristina me dijo que lo dejara, que siguiera adelante y que cuando terminara todo el libro lo mirara y arreglara lo que pensaba que no estaba bien, y la hice caso. Ahora creo que no lo voy a deshacer porque es mi primer bordado y tiene que tener sus fallos!
Cuando tenía terminada toda la hoja me repetía a mí misma.. "no lo planches, que Covi ha dicho que no se planche..." pero no pude resistir la tentación de verlo limpito, sin las marcas de bolígrafo. Y cuando lo tuve planchado me quedé como tonta mirándolo porque me costaba creer que había sido capaz de hacer algo que me parece muy muy difícil.
Aprovechando que mi cumpleaños estaba al caer, pedí como regalo todos los materiales para poder hacer mi libro y cuando lo tuve todo claro comencé a cortar las telas, a preparar los bordes, y me puse con el primer bordado.
Lo hice una vez y lo deshice... lo volví a hacer y lo volví a deshacer... otra vez... y otra vez... y no sé cuantas veces más lo intenté, pero mi "punto de espina" no quedaba ni parecido con lo que veía en el blog de Covi y en el libro de Marie... así que lo guardé todo en el fondo del cajón y dejé que pasara el tiempo.
Y pasó mucho tiempo... tanto que no lo volví a tocar hasta diciembre del año pasado, y todo gracias a Meme, una compañera de patchwork que apareció un día en clase en La tertulia del patch con el dichoso bordado. Acababa de empezarlo y comentando que yo lo tenía parado, me convenció para que lo volviera a intentar, aprovechando además que Cristina, nuestra profe, había terminado el suyo y borda a las mil maravillas.
Volví a cogerlo y por fin el dichoso bordado ¡salió a la primera!...
Así que más contenta que unas castañuelas me puse con el siguiente y el siguiente y poco a poco los bordados iban saliendo... unos con más dificultad que otros pero ninguno me dio grandes quebraderos de cabeza.
Y con estos tres ya tenía la primera página terminada.
Ahora había que hacer la segunda página... y no sé si será porque cogí confianza, pero me pareció mucho pero mucho más fácil que la primera... hasta que llegué al punto de realce! Tantas veces hice y deshice que me desesperé porque no conseguía que me saliera redondito... pero Cristina me dijo que lo dejara, que siguiera adelante y que cuando terminara todo el libro lo mirara y arreglara lo que pensaba que no estaba bien, y la hice caso. Ahora creo que no lo voy a deshacer porque es mi primer bordado y tiene que tener sus fallos!
Cuando tenía terminada toda la hoja me repetía a mí misma.. "no lo planches, que Covi ha dicho que no se planche..." pero no pude resistir la tentación de verlo limpito, sin las marcas de bolígrafo. Y cuando lo tuve planchado me quedé como tonta mirándolo porque me costaba creer que había sido capaz de hacer algo que me parece muy muy difícil.
Por fin, después de más de tres años ¡¡¡había terminado la primera hoja!!!!!
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